El Economista: «Las novaciones de contratos que se avecinan»
5 de octubre de 2022Expansión «Es necesario mejorar la ley concursal»
28 de septiembre de 2023Enlace del artículo: https://www.expansion.com/opinion/2023/01/25/63d14c76468aeb7b438b45d8.html
Sería importante que las empresas aseguren hoy todos los fondos a que tengan acceso para evitar estrangulamientos de liquidez.
Como los años no nacen aislados en la historia, sino que la continúan, este ejercicio 2023 seguimos con el foco puesto en la situación macroeconómica. Los mercados predicen recesión, los bancos centrales siguen con políticas de subidas de tipos de interés como forma de intentar controlar la inflación, y ésta impregna ya toda la economía, mostrando gran resistencia a la baja.
En este panorama, las empresas necesitarán conseguir los fondos para financiar su actividad, sabiendo que las ampliaciones de capital serán más complicadas y las emisiones de deuda en los mercados de capitales, también. La razón es que los inversores buscan ahora rentabilidad alejados de los activos de riesgo, así que muchos analistas recomiendan posiciones infraponderadas en renta variable, y en renta fija inversiones en bonos soberanos a corto plazo.
Las empresas tendrán que focalizarse fundamentalmente en la banca y en los financiadores independientes para obtener su financiación. Y, para ello, bancos y financiadores analizarán lo que está pasando en las cuentas de resultados y en los balances de las empresas que piden esa financiación.
Estamos viendo que las ventas de la mayor parte de las compañías continúan creciendo, aunque a menor ritmo, y estamos observando un deterioro en los márgenes operativos. Asimismo, según datos recientes del Banco de España, las expectativas económicas de las pymes españolas para el período comprendido entre octubre de 2022 y marzo de 2023 muestran una clara desaceleración de la actividad, de modo que sólo un 4,3% de estas sociedades creen, en términos netos, que sus ventas crecerán en este período, 23 puntos menos que en el semestre anterior. Su principal preocupación es el incremento de los costes de producción: casi un 22% de estas empresas lo seleccionan como el principal problema al que se enfrentan.
En el caso de las grandes compañías, también se detecta una evolución menos favorable de las ventas previstas, si bien ésta seguiría siendo mejor que la de las pymes.
Se ha producido, además, un incremento generalizado de los costes de los insumos y de los costes laborales. En concreto, un 65,2% de las pymes españolas habrían aumentado sus costes laborales, y un 94% declara que han crecido el resto de sus costes de producción, como se pone de relieve en los datos del Banco de España.
Estas cifras no sólo representan máximos históricos desde el inicio de la serie, sino que además se sitúan claramente por encima de las registradas en el caso de los incrementos en la facturación.
El desglose sectorial apunta a que los resultados empresariales habrían tenido, en conjunto, una evolución adversa en todas las ramas de actividad.
Claramente, muchas empresas no están pudiendo repercutir el incremento de los costes de su actividad productiva en el precio final. Y es evidente que sus costes son mucho mayores: gas, electricidad, materias primas… Y aunque se conocen las causas, el origen está principalmente en la guerra de Rusia y el estrangulamiento de las cadenas de suministro. No hay solución, los precios han subido y, aunque en muchos casos se han estabilizado, siguen significativamente más altos que hace relativamente poco tiempo.
Apalancamiento y tipos
Junto al deterioro del margen operativo, en adelante veremos un deterioro a nivel del beneficio neto porque las empresas empiezan a experimentar el aumento de los tipos de interés. No hay que olvidar que las empresas españolas están de media altamente endeudadas. Si para las entidades financieras apalancamientos (deuda financiera dividida por ebitda) por encima de tres veces ya supone una cierta preocupación, en España es habitual que las empresas medianas operen con apalancamientos de entre cinco y diez veces, o incluso más, sobre todo las que tienen que financiar mucho activo circulante porque tienen ventas estacionales. Altos apalancamientos suponen que las subidas de tipos van a tener un gran impacto en la cuenta de resultados, ya que en la mayoría de los casos los tipos pactados son variables.
El euribor que vimos hace poco en negativo está ahora por encima del 2%, y a esto hay que añadir el spread de crédito en función del rating de las compañías, un 2% de media ahora -porque también está subiendo-. Es decir, las compañías pasan de pagar tipos en el entorno del 1,5% a tipos aproximadamente del 4%; o lo que es lo mismo, por cada 10 millones de deuda, las empresas incrementarán sus costes financieros en 250.000 euros.
Este panorama implica que, a partir del segundo semestre, si unimos al deterioro de márgenes operativos el impacto de las subidas de tipos de interés, veremos pérdidas en la cuenta de resultados de muchas empresas a cierre de año. Y los bancos son reticentes a renovar todo su riesgo bancario en compañías que presentan pérdidas. Sería importante que las empresas aseguren hoy todos los fondos a que tengan acceso para evitar estrangulamientos de liquidez. Muchas empresas solventes «mueren por la caja».
Mar Turrado, Consejera delegada de Findango Finance